jueves, 16 de septiembre de 2010

La autenticidad de R. M. Guéra

Confesaba esta tarde R. M. Guéra que para él y el resto de autores de su generación el cómic era “casi un vicio, una atracción de la que no pudimos escapar”. Un vicio que le ha traído a Avilés para protagonizar la tercera de las charlas del día.




Para el autor balcánico, vivimos un momento crítico en la existencia del tebeo que finalmente acabarán ganando las viñetas, el autor, más allá de las diferentes escuelas. El cómic es para el autor de Scalped un medio para expresarse que prescinde cada vez más de los géneros tradicionales, algo por lo que se felicita. Como el resto de autores, Guéra relató sus inicios en el medio, que vinieron de la mano de westerns que beben de fuentes como Blueberry o los trabajos de Moebius. Escapando de la guerra, el artista recaló en Barcelona. Comenzó a trabajar para Toutain, pero para subsistir tuvo que dedicarse a la publicidad y a la animación, hasta que le reclamaron del mercado francés.


Amante de la música (es guitarrista), tiene en cartera un trabajo llamado Smoky John que se remite a los principios del blues y que espera que acabe siendo publicado por Delcourt. “Casi nada en mi vida salió por iniciativa propia, sino por circunstancias que hacen tomar decisiones naturales para mí”, comentó. Y una de esas decisiones naturales le condujo al final a recalar en el medio por el que él siempre suspiró, el cómic. “Intento sentir lo que hago, lo que dibujo, quiero trasladarme al lugar donde ocurren los guiones, y cuando lo consigo ya está en mi cabeza y realmente no me cuesta dibujarlo”, explicó. Esa autenticidad la echa en falta en muchos de los cómics de superhéroes. “Son personajes que están muy bien dibujados, con una técnica muy avanzada, pero les falta el alma, la sensibilidad que te empuja a pasar cada página”, resaltó Guéra volviendo al tema de las escuelas de dibujo, que en su opinión coartan la autenticidad de los dibujantes.


Respecto a Scalped, a su crudeza, anunció que próximamente habrá sitio para la esperanza, una esperanza “adecuada a la historia”. Guéra llegó a la serie gracias a los contactos que le había proporcionado Igor Kordey para entrar en el mercado americano. Hoy, la simbiosis alcanzada con Jason Aaron, el guionista de la serie, ha llegado a tal punto que “la historia se realiza por sí sola”. Su final está pensado para más o menos el número 80, aunque todavía no hay nada decidido, adelantó el dibujante. En el horizonte, Guéra se ve a los lápices de un superhéroe, un género que ve un tanto agotado pero del que ve indicios de que puede mejorar. “El mundo está cambiando, no sé qué es, pero me parece bueno”, concluyó el dibujante.

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