sábado, 17 de septiembre de 2011

El colofón

Pero antes de cerrar definitivamente el capítulo 16 de las jornadas, ¿qué mejor manera que hacerlo con la lámina que Enrique Vegas firmó en tirada limitada una vez finalizada la clausura? El resultado no se puede calificar de otra manera que espectacular.


Además de las láminas de Enrique Vegas se repartieron otras de Sergio Bleda, que también las firmó a los presentes. Un gran colofón para unas Jornadas a las que no les queda nada para su mayoría de edad. Pero antes habrá que contar la edición número 17. Hasta entonces.

De premios y despedidas

Y sí, las Jornadas del Cómic de Avilés ya tocan a su fin. Aunque la carpa de encuentros abrirá sus puertas en la tarde del domingo para todo aquel que quiera adquirir algún artículo en sus expositores, ayer sábado tuvo lugar la clausura del certamen. El acto llenó el auditorio de la Casa de Cultura y, como siempre, estuvo presidido por las risas y el buen humor.


Autores y aficionados llenaron el auditorio.

Abrió la clausura Jorge Argiz, quien manifestó el orgullo de los organizadores por haber creado a lo largo de los 16 años que han cumplido las Jornadas una auténtica "comunidad de autores, un territorio en el que lo que importa es nuestra pasión común por algo, más allá de cualquier diferencia".

Desde la izquierda, Germán Menéndez, Ángel de la Calle, Yolanda Alonso, Jorge Argiz y Diego García.

A continuación tuvo lugar la lectura de los Premios de la Crítica 2011, en los que Scalped y El invierno del dibujante coparon los principales galardones. El presidente de la asociación, Vicente García, anunció los ganadores venciendo las dificultades de una fuerte afonía provocada, sin duda, por los hielos que acompañan a los refrescos en los bares de Avilés. El palmarés de estos premios quedó de la siguiente forma:

Mejor guionista extranjero: Jason Aaron por Scalped.
Mejor guionista nacional: Paco Roca, por El invierno del dibujante.
Mejor dibujante nacional: David Rubín por El héroe.
Mejor dibujante extranjero: R. M. Guéra por Scalped.
Mejor obra nacional: El invierno del dibujante.
Mejor obra extranjera: Scalped.
Mejor obra teórica: Cien años de Bruguera, de Toni Giral.
Toda una carrera autor nacional: Esteban Maroto.
Toda una carrera autor extranjero: Carmine Infantino.

R. M. Guéra y Jason Aaron posan con sus diplomas tras recoger el premio a la mejor obra extranjera.

A los premios que otorga la crítica siguieron los premios que cada año reparten las propias Jornadas. "Dado que el mayor premio que puede tener un autor es un lector, nosotros no damos premios al mejor dibujo o a la mejor obra, sino galardones con verdadero valor", explicó Ángel de la Calle a los presentes. Así, el palmarés de los premios del certamen quedó de la siquiente manera:

Premio Friki de la prensa escrita: Daniel Blanco (La Nueva España).
Premio Friki de la prensa gráfica: Sergio López (La Voz de Avilés).
Premio Brian Azzarello al autor más nocturno: Jason Aaron.
Premio Ron Garney al autor más guapo: Ángel Unzueta.
Premio al aficionado más participativo: Ángel.
Premio Horacio Altuna al mejor autor asturiano: Renee Witterstaetter.
Premio Mónica Vega al mejor acompañante: Kelly Aaron.
Premio D'Israeli al autor voluntario: Melinda Gebbie.
Premio superfriki a toda una carrera: Mamen.
Premio superfriki: Stefan.
Premio George Pérez al autor más molón: Tony Harris.

Melinda Gebbie regresa a su asiente entre aplausos tras recoger su premio.


Tony Harris recoge la estatuilla (que este año consistía en un muñeco con forma de mariquita -el insecto, se entiende) de manos de Jorge Argiz.


Las últimas intervenciones de la clausura vinieron por parte de la concejala de Juventud, Yolanda Alonso, y por Ángel de la Calle, quien se felicitó por el cambio vivido por el mundo del cómic durante los 16 años en los que se vienen celebrando las Jornadas. "Ahora sí que los cómics son para los públicos de todas las edades, el tebeo está creciendo en este país, y esto es lo mejor que nos puede pasar", afirmó antes de emplazar a todos los presentes a la edición 17 del certamen, como también hacemos desde este blog.

Englehart cerró la serie de charlas de estas Jornadas

El guionista estadounidense Steve Englehart protagonizó la última de las charlas organizadas este año en el marco de las Jornadas del Cómic de Avilés. Previamente, Jason Aaron había explicado en el auditorio de la Casa de Cultura los principales capítulos de su trayectoria como guionista y los entresijos de su obra más importante, la serie Scalped (dibujada por R. M. Guéra). Englehart tomó el testigo y dejó claro porque está considerado uno de los nombres míticos del cómic de superhéroes americano.

Steve Englehart, durante la charla junto a Jorge Argiz.

El escritor explicó sus orígenes en Marvel y los motivos que le llevaron a dar el salto a DC después de estar escribiendo series como Los Vengadores o Factor X. "Cuando Gerry Conway se convirtió en editor jefe de la compañía decidió escribir los guiones de mis series. Yo no quería dejar Los Vengadores, así que decidí irme. DC nos hizo una oferta a John Buscema y a mí, y cuando Stan Lee se enteró de esto ofreció más dinero a John para que se quedara. Como a mí no me ofreció nada, empecé mi carrera en DC", explicó. Sus primeros pasos en la nueva editorial fueron en La Liga de la Justicia, pero Englehart pidió que le dejaran escribir también las aventuras de su personaje favorito, Batman. Y así lo hizo.

En este proyecto, Englehart formó equipo con el dibujante Marshall Rogers, con quien después creó el personaje de El Coyote. "Durante un mes viví en casa de un amigo en Las Vegas. Cuando llegué y vi el desierto pensé que allí no había nada y que no me gustaba, pero aprendí a apreciar su belleza. De ahí me surgió la idea para crear a El Coyote", explicó el guionista. El proyecto salió en la editorial Eclipse, la primera independiente creada en los Estados Unidos. "Aunque sólo duró un par de años cambió muchas cosas, ya que a partir de su ejemplo las grandes editoriales crearon sus propios sellos de autor, Marvel creó Epic y DC Vertigo", destacó.


Respecto a las adaptaciones a la pantalla de sus personajes, Englehart explicó que en caso del Capitán América o Linterna Verde, al no ser creaciones propias los ve como cualquier otro espectador. Sin embargo, en el caso de Batman (personaje en el que dejó una impronta que lo cambió radicalmente y que perdura en la actualidad) sí que ve sus películas buscando su sello, el cual encontró en la primera versión de Tim Burton con Jack Nicholson y en las actuales cintas dirigidas por Christopher Nolan.

El escritor también habló sobre su siguiente etapa en Marvel, de la mano de Los Nuevos Vengadores, a quienes considera "personajes menores" en comparación con los Vengadores de la costa Este. "Parecían un grupo de perdedores, no te los podías tomar tan en serio", comentó Englehart sobre el grupo liderado por Ojo de Halcón, cuyo tono humorístico afirmó que se lo dio los propios personajes.

Por último, el autor explicó su faceta como novelista, la cual comenzó durante su estancia de unos meses en la localidad mallorquina de Galilea en los tiempos en los que escribía para Batman, y que en la actualidad supone su única actividad. Fue allí donde escribió The Point Man, proyecto que en un principio creyó que quedaría ahí pero que retomó para convertir a uno de sus personajes, un inmortal, en protagonista de sus nuevas obras.

R. M. Guéra deja pequeño el CMAE en su visita guiada

R. M. Guéra explica un detalle de una de las portadas que realizó para las novelas de El Coyote.

El Centro Municipal de Arte y Exposiciones (CMAE) de Avilés acogió en la mañana del sábado la visita guiada que el artista Rajko Milosevic (R. M. Guéra) realizó a la muestra que protagoniza en estas instalaciones. El dibujante de Belgrado guió a un numeroso público a lo largo de toda la exhibición, desde sus portadas para las novelas de El Coyote hasta las páginas de la serie Scalped (guionizada por Jason Aaron) que le han granjeado los elogios unánimes de crítica y aficionados. Sin duda, una cita de lujo en el último día de las Jornadas del Cómic de Avilés. La exposición podrá verse todavía hasta el próximo 24 de septiembre. Imperdonable perdérsela.

El artista estuvo acompañado en la visita por numerosos colegas y aficionados.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Programa del sábado

13 horas: visita guiada por R. M Guèra a su exposición en el Centro Municipal de Arte y Exposiciones (CMAE).
15 h: videocine, episodio piloto de Wonder Woman, de Jeffrey Reiner (sala de conferencias).
17 h: charla-coloquio de Jason Aaron (auditorio).
18.15 h: charla-coloquio de Steve Englehart (auditorio).
19.30 h: clausura y entrega de premios (auditorio).
20.45 h: sesión de firmas y regalo de la lámina realizada por Enrique V. Vegas.

Brandon Peterson, o triunfar "por pura chorra"

Brandon Peterson.

¿Cómo consigue un chico de un pueblecito de Wisconsin situado "en medio de la nada" (según sus propias palabras) convertirse en uno de los nombres propios del actual cómic de superhéroes? "Por pura chorra". Así de de sincero (y modesto) se mostró Brandon Peterson en la charla que cerró la jornada en el auditorio de la Casa de Cultura.

Peterson explicó que no fue hasta su época en el instituto cuando pudo empezar a leer cómics con cierta asiduidad. Hasta entonces, sú único contacto con los superhéroes se producía cuando acompañaba a su madre a comprar a la tienda y podía verlos en el mostrador. Sin embargo, cuando entró en el instituto y leyó Watchmen o El regreso del Caballero Oscuro supo que ya nada sería como antes.

No obstante, cuando comenzó su carrera de Bellas Artes pensaba que se dedicaría al mundo de la ilustración fantástica o de ciencia ficción. No se veía dibujando un cómic. Sin embargo, tras trabajar como ayudante de un entintador profesional se dio cuenta de que en ese medio no tenía que poner su escasa paciencia a prueba con horas de espera hasta que la pintura se secase. A él le gustaba la rapidez, justo lo que el cómic requería.

Sus entrada en Marvel se produjo de la mano de un guionista de la Casa de las Ideas que conoció mientras estudiaba y que enseño varios de sus trabajos a sus editores. Le llamaron para realizar varias ilustraciones y la cosa quedó ahí. O eso creía él. "Un día me llamó Bob Harras (entonces editor jefe de la compañía) para encargarme ocho páginas de Factor X a realizar en cuatro días, el doble de la velocidad normal. Le dije que estaba en plenos exámenes y que no podía. Entonces se produjo un silencio y me dijo '¿con qué frecuencia crees que llamo a alguien para ofrecerle una oportunidad como ésta? ¿Seguro que quieres decir que no?' Le pedí una hora para consultarlo con mis profesores, que me dieron el visto bueno. Así que me encerré durante cuatro días en casa a trabajar como un loco y le conseguí entregar ocho páginas malísimas", relató Peterson.

Pero la cosa no quedó ahí. Ya que le había sacado de un apuro, el dibujante le preguntó al editor si cabría la posibilidad de colaborar en alguna otra serie. Harras le contestó que la única posibilidad era que todos sus dibujantes decidieran irse de golpe. Un mes después lo increíble ocurrió. Surgía Image y Harras volvía a recurrir a Peterson para ofrecerle cualquiera de las colecciones que quisiera. "Pura chorra". No obstante, el artista resaltó la importancia de saber aprovechar esas oportunidades cuando a uno se le presentan. "Lo importante es estar preparado", subrayó.

La fortuna pareció volver a ponerse de su parte cuando tiempo después Marc Silvestri le llamó para sumarse a Image. "En Bellas Artes yo estaba acostumbrado al contacto con otros dibujantes, y en ese momento me encontraba en mi casa de Wisconsin, en medio de la nada y aburrido. Entonces me llamó Silvestri para ofrecerme mudarme a California a trabajar con ellos en su estudio, ganar mucho dinero y pasarlo bien", explicó Peterson. En Marvel entendieron que era una buena oportunidad y le dejaron marcharse. "Fue una época genial. Pensábamos que éramos estrellas de rock", relató el artista. Eran tiempos de jugar a video juegos, al pin-pon y de vez en cuando, dibujar. Una fiesta "hasta que la realidad nos sacudió". "En los años 94-95 se produjo una crisis, bajaron las ventas y nos dimos cuenta de que había que ponerse a trabajar de nuevo ganando menos dinero", recordó Peterson que, de todas maneras, explicó que fue una de las épocas de mayor brillantez creativa de la editorial.

Durante la charla, conducida por Jorge Argiz, el artista estadounidense siguió desmenuzando el resto de su carrera, como su regreso a Marvel y su trabajo como director de arte, entre otros capítulos que Peterson fue repasando con su gracia y simpatía habituales.

Por cierto, no os perdais los dibujos que está realizando en Avilés y que está colgando en su página web, www.brandonpeterson.com.

Aude Picault, una introvertida encantadora

Ángel de la Calle presenta a Aude Picault en presencia de un atento Diego García.

"Existe un cliché sobre muchos autores que dice que somos bastante introvertidos. En mi caso es verdad. Iba con mis cuadernillos y apuntaba todo lo que se me pasaba por la cabeza en forma de dibujo". Así se apresentó la autora francesa Aude Picault al inicio de la charla que protagonizó en la tarde de ayer en el auditorio de la Casa de Cultura. Su intervención, que siguió a las que minutos antes habían protagonizado Javier Olivares y Joan Boix, sirvió para conocer a una artista que ha conseguido convertirse en una referencia a través de un dibujo y una sensibilidad muy especiales.

Según explicó, aquellos cuadernos que dibujó en su día sirvieron para que sus amigos la animasen a publicar su trabajo, así que decidió autoeditarse y nació la obra Rollos míos. Su buena acogida dio pie a una segunda parte y ya comenzó a publicar para el mercado editorial. No obstante, el que ella considera su primer trabajo profesional vino de la mano de una revista en una tira titulada Eva. Era una labor que la obligaba a trabajar con viñetas, algo que no ha vuelto a hacer. "No me parece la manera natural de dibujar", afirmó. Picault, que admitió no haber recibido formación sobre el lenguaje de la historieta, explicó que ella prefiere abordar la página sin planificarla. "Lo hago de manera más instintiva, en función de las necesidades de lo que estoy contando".

A preguntas de Ángel de la Calle, la autora relativizó el componente autoreferencial de sus obras. "Existe una distancia entre lo que cuento y mi persona. Escojo lo que quiero contar y creo que mis protagonistas no se me parecen", aseguró. Obviamente, esta distancia no es tal en la obra que la descubrió a gran parte del público, Papá, en la que expone sus sentimientos ante el suicidio de su padre. Picault explicó que al principio no quería publicar este trabajo, que ella realizó para sí misma como una válvula de escape. Sin embargo, desde L'Association la convencieron y, finalmente, la experiencia ha sido positiva. "Estoy contenta con el resultado. Considerando lo delicado del tema, si alguien odió la obra se ahorró el decírmelo (risas). He recibido reacciones muy humanas y tiernas de lectores que me agradecían el haber compartido esta historia con ellos", apuntó.

Picault también habló sobre Travesía, su primera obra con una trama estructurada. "Tras Rollos míos y Papá quería hacer un relato largo, desarrollar una historia profunda sobre la amistad y la navegación, con muchas páginas mudas", explicó. En esta obra, la autora plantea una crítica a la sociedad parisina, a sus prisas y forma de entender la vida. Para ella, para tener una existencia satisfactoria resulta fundamental tener proyectos. "Y sí, me gustan mucho los barcos", afirmó.

La próxima obra de Picault que se publicará en España será La fanfarria, un tebeo en el que refleja parte de su experiencia de seis años como intérprete de trombón en la orquesta de su Facultad de Bellas Artes. Y su próximo proyecto, anunció, pasa por abordar el pensamiento feminista, un tema complejo que calcula que le llevará dos o tres años de trabajo. El origen de esta idea surge del hecho de que "resulta duro ser mujer en Francia y hay situaciones que me provocan cabreo, situaciones que tienen que ver con la sexualidad, las relaciones de pareja... Creo que mis bloqueos interiores y mi timidez tienen que ver con el hecho de ser mujer, aunque a lo mejor me equivoco", concluyó.