lunes, 12 de septiembre de 2011

Tres generaciones, tres experiencias, tres mujeres

Desde la izquierda, Ángel de la Calle, Nancy Peña, Diego García, Melinda Gebbie y Noiry.

Como cada año, la primera cita de las Jornadas del Cómic es con las autoras. En esta ocasión, la charla Cómic en femenino reunió a tres artistas muy diferentes, de países distintos y de generaciones diversas: la estadounidense Melinda Gebbie, la francesa Nancy Peña y la española (y asturiana, cabe subrayar) Noiry.

Durante la charla, que estuvo moderada por Ángel de la Calle y que contó con la traducción de Diego García, las tres hablaron de sus respectivas trayectorias y del hecho de ser mujer en un mundo como el del tebeo, hasta hace bien poco copado por los hombres.

Melinda Gebbie relató sus inicios como lectora de las tiras que se publicaban en un periódico local de su San Francisco natal, viñetas que le fueron inoculando el virus del cómic hasta comenzar su carrera en pleno apogeo del underground. Gebbie explicó la dureza de sus inicios, marcados por su falta de confianza en su capacidad para contar historias y por el escaso crédito que tenían las mujeres autoras en esa época. Respecto a su falta de confianza, la artista confesó que ésta se debía en gran medida a la figura de su madre, una mujer "muy dominante, que ahogaba a gritos mi propia voz". Es por ello que en sus primeros trabajos Gebbie se centraba en el dibujo, ya que creía carecer de las herramientas necesarias para contar una historia a través del lenguaje. De todas maneras, se dio cuenta de que a través del dibujo no era capaz de transmitir todo lo que quería y, sobre todo a raíz de su mudanza al Reino Unido, se interesó por la conquista del lenguaje para contar sus historias. Sobre la situación de la mujer en el mercado del tebeo estadounidense, la autora explicó que en sus inicios no sólo eran "tomadas a pitorreo" por sus colegas de profesión y editores, sino que la desunión entre las artistas era total. "El feminismo nos falló a todas como dibujantes y como mujeres", afirmó Gebbie. Por todo ello, se congratuló de la actual situación de la mujer en el cómic. "No sé si lo que he vivido era necesario para llegar a este momento, pero me alegro muchísimo de que hoy no importe si un autor es mujer u hombre para que tenga la oportunidad de contar una historia", concluyó.

La experiencia de Nancy Peña es bien diferente. La artista francesa siempre tuvo muy claro que quería contar historias, pero no sólo eso, sino también que el medio que utilizaría para hacerlo sería el cómic. Heredera del cambio en la historieta francesa que supuso la irrupción de las editoriales independientes, explicó que su entrada en el mundo del tebeo se vio favorecida por esta apertura del mercado. "Llegué casi por casualidad, sin planearlo. Me puse en contacto con un editor y desde entonces todo marcha muy rápido", comentó. Peña admitió que esta situación también ha provocado una disminución en el nivel de exigencia a los autores que, en algunos casos, puede llegar a confundir a los lectores. "En ocasiones casi se cae en lo amateur, y así nos consideran también los editores", lamentó.

No es el caso de Noiry, en cuyos recientes inicios internet ha jugado un papel fundamental. La artista asturiana, autora de varios cómics manga, destacó la facilidad que ofrece la Red a la hora de descubrir a otros dibujantes, otros trabajos y estilos. "El mundo es muy grande, e internet me permitió descubrir cosas que ni siquiera se me habían pasado por la cabeza", apuntó. Rodeada de cómics desde muy pequeña, Noiry subrayó que "no podría vivir sin dibujar". Sabía lo que quería, y por eso nunca pensó que el hecho de ser mujer pudiera ser un impedimento para ir cumpliendo sus metas. Para ella, el cómic es "un mundo de personas que quieren contar historias" sin distinciones en función del género.

Tres mujeres, tres experiencias que marcaron el inicio de unas jornadas que hoy vivirán su inauguración oficial, como podréis leer en la siguiente entrada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario