viernes, 16 de septiembre de 2011

Brandon Peterson, o triunfar "por pura chorra"

Brandon Peterson.

¿Cómo consigue un chico de un pueblecito de Wisconsin situado "en medio de la nada" (según sus propias palabras) convertirse en uno de los nombres propios del actual cómic de superhéroes? "Por pura chorra". Así de de sincero (y modesto) se mostró Brandon Peterson en la charla que cerró la jornada en el auditorio de la Casa de Cultura.

Peterson explicó que no fue hasta su época en el instituto cuando pudo empezar a leer cómics con cierta asiduidad. Hasta entonces, sú único contacto con los superhéroes se producía cuando acompañaba a su madre a comprar a la tienda y podía verlos en el mostrador. Sin embargo, cuando entró en el instituto y leyó Watchmen o El regreso del Caballero Oscuro supo que ya nada sería como antes.

No obstante, cuando comenzó su carrera de Bellas Artes pensaba que se dedicaría al mundo de la ilustración fantástica o de ciencia ficción. No se veía dibujando un cómic. Sin embargo, tras trabajar como ayudante de un entintador profesional se dio cuenta de que en ese medio no tenía que poner su escasa paciencia a prueba con horas de espera hasta que la pintura se secase. A él le gustaba la rapidez, justo lo que el cómic requería.

Sus entrada en Marvel se produjo de la mano de un guionista de la Casa de las Ideas que conoció mientras estudiaba y que enseño varios de sus trabajos a sus editores. Le llamaron para realizar varias ilustraciones y la cosa quedó ahí. O eso creía él. "Un día me llamó Bob Harras (entonces editor jefe de la compañía) para encargarme ocho páginas de Factor X a realizar en cuatro días, el doble de la velocidad normal. Le dije que estaba en plenos exámenes y que no podía. Entonces se produjo un silencio y me dijo '¿con qué frecuencia crees que llamo a alguien para ofrecerle una oportunidad como ésta? ¿Seguro que quieres decir que no?' Le pedí una hora para consultarlo con mis profesores, que me dieron el visto bueno. Así que me encerré durante cuatro días en casa a trabajar como un loco y le conseguí entregar ocho páginas malísimas", relató Peterson.

Pero la cosa no quedó ahí. Ya que le había sacado de un apuro, el dibujante le preguntó al editor si cabría la posibilidad de colaborar en alguna otra serie. Harras le contestó que la única posibilidad era que todos sus dibujantes decidieran irse de golpe. Un mes después lo increíble ocurrió. Surgía Image y Harras volvía a recurrir a Peterson para ofrecerle cualquiera de las colecciones que quisiera. "Pura chorra". No obstante, el artista resaltó la importancia de saber aprovechar esas oportunidades cuando a uno se le presentan. "Lo importante es estar preparado", subrayó.

La fortuna pareció volver a ponerse de su parte cuando tiempo después Marc Silvestri le llamó para sumarse a Image. "En Bellas Artes yo estaba acostumbrado al contacto con otros dibujantes, y en ese momento me encontraba en mi casa de Wisconsin, en medio de la nada y aburrido. Entonces me llamó Silvestri para ofrecerme mudarme a California a trabajar con ellos en su estudio, ganar mucho dinero y pasarlo bien", explicó Peterson. En Marvel entendieron que era una buena oportunidad y le dejaron marcharse. "Fue una época genial. Pensábamos que éramos estrellas de rock", relató el artista. Eran tiempos de jugar a video juegos, al pin-pon y de vez en cuando, dibujar. Una fiesta "hasta que la realidad nos sacudió". "En los años 94-95 se produjo una crisis, bajaron las ventas y nos dimos cuenta de que había que ponerse a trabajar de nuevo ganando menos dinero", recordó Peterson que, de todas maneras, explicó que fue una de las épocas de mayor brillantez creativa de la editorial.

Durante la charla, conducida por Jorge Argiz, el artista estadounidense siguió desmenuzando el resto de su carrera, como su regreso a Marvel y su trabajo como director de arte, entre otros capítulos que Peterson fue repasando con su gracia y simpatía habituales.

Por cierto, no os perdais los dibujos que está realizando en Avilés y que está colgando en su página web, www.brandonpeterson.com.

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