Que las Jornadas de Avilés son conocidas como 'las de los aficionados' es algo más que conocido por todos, y por los propios autores más que nadie. Acostumbrados a pasar horas en solitario delante de la mesa de dibujo o de la pantalla del ordenador, en Avilés encuentran la oportunidad de acercarse a los destinatarios últimos de su trabajo, los lectores, sin los agobios propios de otras convenciones del género. Y ya se sabe que a los aficionados si les das la mano te piden un dibujo, así que la carpa y sus alrededores albergaron las primeras colas de fans en torno a sus dibujantes favoritos. Pero los autores no pueden negar que les encanta su trabajo, y con lápiz y papel, bebida refrescante (sin entrar en más detalles) y buena compañía tienen más que suficiente para dar respuesta a las peticiones de sus seguidores, así que la estampa de las colas de aficionados será la que caracterice la plaza de Álvarez Acebal en los próximos días. Para muestra, un botón.
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