Hace unos años, Pere Pérez ganó el premio del superfriki de las Jornadas del Cómic. Aunque no lo confiese, este hecho resultó un espaldarazo a su fulgurante carrera como dibujante, un vicio que comenzó cuando era bien pequeñito a raíz de su afición por Star Wars. Hoy sus gustos van por otros derroteros. En lo que respecta al gusto musical, el death metal suena a todo trapo mientras quema páginas a dolor. Y sobre sus gustos comiqueros, Watchmen se encuentra en una posición “que de momento no encuentra sucesor”, según relató.
Sus inicios en el medio vinieron a raíz de un curso de un mes que realizó durante el verano en la Escuela Joso (de la que llegó a ser profesor) gracias a haber suspendido Latín en el instituto. Algunos de sus primeros trabajos fueron para Penthouse Comics haciendo parodias de género con títulos tan sugerentes como Le dieron por el ano en un planeta muy, muy lejano. Ya por entonces dedicaba el 80% del tiempo a realizar muestras para intentar entrar en el mercado americano, esfuerzos que se daban continuamente contra la pared. Estuvo así dos años hasta que un día se dio cuenta de que lo suyo era dibujar, no ejercer de relaciones públicas de sí mismo e intentar hacer contactos a destajo. Así que se puso en manos de un agente y comenzó a dar sus primeros pasos en Estados Unidos.
Paralelamente fue desarrollando su carrera en España, con rarezas como la serie Bull Damm, en la que tanto Pérez como otros autores de la calaña de Víctor Santos, Kenny Ruiz, Vicente Vegas, Joan Fuster y Enrique Vegas. Esta creación es una de las que Pérez se siente más orgulloso al haber realizado todo el proceso de diseño y dibujo de los personajes. “Es diferente cuando trabajas con personajes como Batman, con el que parece que estás jugando con el juguete de otro”, afirmó. Entre medias, Pérez comenzó a trabajar en DC, donde trabajó con John Robinson o Greg Rucka como guionistas. El dibujante resaltó la facilidad que supone trabajar con guionistas que ofrecen un nivel de detalle y de las ambientaciones muy superior al normal. “Realmente tu trabajo mejora por basarse en guiones tan buenos”, explicó. De su aterrizaje en Action Comics, Pérez destacó su especial relación con Superman, un personaje que no sabe si sabe dibujar, ya que a pesar de haber ilustrado un Annual e incluso números de la serie no llegó a dibujarlo. “Cuando entré en la serie tenía claro que a mí me conocían en mi casa y que la estrella era Rucka. Muchas de las series fallan por el ego del dibujante, que intenta hacer cosas espectaculares aunque no peguen. Yo lo que intento es que el lector no haga ningún esfuerzo para seguir bien la historia”, subrayó.
Víctor Santos se sumó a la mesa para hablar de su colaboración con Pérez en tres álbumes de Los Reyes Elfos. De los orígenes de Ragnarok, que surgió de una petición de Pérez a la salida de un concierto y mientras asistía con Santos a un espectáculo de lucha libre en Pachá, afirmó: “para cómo surgió la historia, no salió nada mal”. Si es que donde hay confianza...
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