domingo, 19 de septiembre de 2010

Disfraces y un "hasta luego"

Uno de los principales objetivos de las Jornadas del Cómic de Avilés es el de incentivar la lectura entre aquellos lectores que aún tienen el mundo de los tebeos por descubrir: los niños. Y a ellos se dirige la última actividad del certamen, la que cierra la carpa de encuentros y abre la convocatoria del año siguiente, el concurso infantil de disfraces. Superhéroes y personajes de cuento se dieron cita esta tarde en la carpa para pasar un rato pleno de diversión y demostrar que los personajes del cómic tienen el relevo asegurado. He aquí algunos de ellos.




Con este concurso se puso fin a las XV Jornadas Internacionales del Cómic Villa de Avilés. Los responsables de los expositores de venta de tebeos recogieron sus ejemplares y la carpa desaparecerá en varias horas de su enplazamiento frente a la Casa de Cultura. Las charlas, las sesiones de firmas, las presentaciones y las largas sesiones de colas para conseguir el dibujo del autor favorito pasarán a formar parte de la memoria de esta nueva edición del certamen, así como las 46 entradas que han compuesto este blog. Por parte del que escribe, simplemente decir que ha sido un placer intentar hacer llegar a los lectores lo que han sido estas Jornadas. Algunas cosas se han quedado seguramente en el tintero, pero esperamos que lo escrito haya servido para acercar un poco más lo acontecido en esta cita a aquellos que no hayan podido disfrutar de ella in situ. De cualquier manera, tiempo habrá para solventar las posibles deficiencias en futuras ediciones. ¡Hasta entonces!

sábado, 18 de septiembre de 2010

El programa del domingo

17 horas: apertura de la carpa de encuentros.
18 h: concurso de disfraces infantiles.

La gala de clausura, premios y risas a partes iguales

Aunque las XV Jornadas del Cómic de Avilés darán sus últimos coletazos mañana domingo, se pueden dar prácticamente cerradas tras la celebración hace unos minutos de la gala de clausura en el auditorio de la Casa de Cultura. Describir una de estas galas es casi imposible, hay que vivirlas porque su nombre prodría llamar a equívocos. La idea está clara: homenajear a quienes hacen posible el certamen (organización, lectores y, sobre todo, autores) con el mismo tono desenfadado y pleno de diversión y buen humor que caracteriza el desarrollo de las Jornadas.


Como maestros de ceremonias actuaron Germán Menéndez, Ángel de la Calle y Jorge Iván Argiz, los tres cabezas pensantes y principales impulsores de este encuentro. Sobre el escenario estuvieron acompañados por Paula Bartolomé, concejala de Juventud del Ayuntamiento de Avilés, y por el imprescindible Diego García, quien volvió a ejercer como traductor todoterreno.


En el transcurso de la gala, y como desde hace varias ediciones, se dieron conocer a los ganadores de los Premios de la Crítica, que este año recayeron en:

Mejor dibujante extranjero: Mark Buckingham (por Fábulas) y Frank Quitely (por All Star Superman).
Mejor guionista extranjero: Jason Aaron (por Scalped).
Mejor dibujante nacional: Quim Bou (por Orn IV).
Mejor guionista nacional: Antonio Altarriba (por El arte de volar).
Mejor obra extranjera: Los muertos vivientes.
Mejor obra nacional: El arte de volar.
Mejor obra teórica: Del tebeo al manga.
Premio a toda una carrera para un autor extranjero: George Pérez.
Premio a toda una carrera para un autor nacional: José Ortiz.



Asimismo, se otorgaron los prestigiosos premios de las Jornadas del Cómic, que cada año están más reñidos:

Friky de la prensa escrita: Rafa Balbuena (de La Voz de Avilés).
Friky de la prensa gráfica: Mara Villamuza (de La Nueva España).
Premio D'Israeli al autor visitante voluntario: Gary Erskine.
Premio Ron Garney al autor más guapo: Ben Templesmith.
Premio Horacio Altura al autor más asturiano: Pere Pérez.
Premio Irma al friki: Nacho el gallego.
Premio Brian Azzarello al autor más nocturno: Igor Kordey.
Premio Forges al autor más trotón: Ivan Reis.
Premio Mónica Vega al acompañante más molón: Hillarie Staton.
Premio King Size (XXL) - ¡Nuevo!: Esad Ribic.
Premio Ángel el de Murcia al aficionado más participativo: Ángel el de Murcia.
Premio George Pérez al autor más molón: Ben Templesmith.
Premio especial George Pérez: George Pérez.

Así, y con la entrega de los volúmenes de La generación más guapa sorteados y de la lámina dibujada por Enrique Vegas, llegó a su fin una nueva edición de las Jornadas. Un fin entre paréntesis, ya que mañana, más.

George Pérez vuelve a conquistar Avilés

La última de las charlas de las XV Jornadas del Cómic de Avilés corrió a cargo de uno de sus invitados más ilustres, el padrino de este certamen en su primera edición y fiel visitante desde entonces: George Pérez. De nuevo, su conferencia fue una de las más multitudinarias de las Jornadas. En ella habló de sus últimos trabajos y dejó al público con los dientes largos ante sus próximas apariciones en los kioscos.


Pérez habló de uno de sus últimos trabajos, el que realizó junto a Mark Waid en la colección The Brave and the Bold. Su primer número comenzó con Batman y Linterna Verde. La idea consistía en que uno de los personajes se quedaría en el siguiente número y haría de anfitrión en la serie, aunque el proyecto no se ajustó a lo que Pérez esperaba en un principio, así que el guionista lo ajustó para que en la serie apareciera el mayor número de personajes posible. A partir del número diez a Pérez le dijeron que pasaría a La Legión de Tres Mundos y tuvo que dejar la colección antes de que se cumpliera el año, algo que lamentó dado que el siguiente proyecto tardó en ponerse en marcha y él podría haber acabado el trabajo que había empezado.

En ambos proyectos, Pérez explicó que trabajó sobre argumentos, no sobre guiones cerrados. “Los guionistas cambiaron su forma habitual de trabajar, ya que ambos sabían que darme un guión cerrado significaría desperdiciar parte de mi talento, de lo que puedo aportar. Así que dejaron en mis manos la composición y diseño de las páginas. A mí me gusta trabajar como si dibujara películas mudas, ofreciendo toda la información necesaria en mis dibujos. Si un guionista tiene que explicar con texto algo de la historia que no aparezca en mi dibujo es que no lo he hecho bien”, explicó.

Cuando firmó con DC, Pérez pudo haberse encargado de la serie de Linterna Verde (“en ese caso hubiese sido sólo otro tío más que dibujaba al personaje”, comentó), pero en cambio optó por empezar la colección de The Brave and the Bold. El dibujante admitió que la colección no tuvo el éxito esperado, ya que al tener que incluir a los personajes cada número las historias eran casi autoconclusivas. Sin embargo, la serie que había rechazado vivió uno de sus momentos más importantes de la mano de Ivan Reis y Geoff Johns, que “hicieron un trabajo fantástico”, subrayó Pérez. No obstante, por cada uno de los proyectos rechazados y que luego fueron un éxito dibujados por otros artistas, el dibujante afirmó que ha vivido sus propios éxitos, por lo que en general no se arrepiente de las decisiones que ha ido tomando a lo l
argo de su carrera. “Lo único que me gustaría hoy en día es ser un dibujante más rápido”, confesó.


Respecto a su trabajo con Geoff Johns en La Legión de Tres Mundos, Pérez comentó algunos problemas que tuvieron al principio debido a la forma de trabajar del guionista, mucho más detallista que los otros guionistas con los que ha trabajado el dibujante. “Waid concibe sus argumento de manera abierta, deja espacio a los dibujantes. Pero Johns es más joven que yo, ha crecido leyendo algunos de mis tebeos y supongo que imaginaba que tenía que enviarme las páginas con todo lo que debería aparecer en las viñetas, por cada página de cómic enviaba siete u ocho de texto. Parecía que pensaba: 'si Pérez ha dibujado esto en Crisis será porque le han escrito esto', pero lo que él no sabía es que los guionistas me enviaban un argumento muy general, el resto lo decidía yo. Sobre una indicación yo tomaba el resto de las decisiones, trataba de aportar algo más. Acabé hablando con Geoff y le dije cómo debería enviarme los guiones. Tuvo la amabilidad de cambiar su forma de trabajar. Dejó de escribir las páginas de George Perez y dejó que George Pérez hiciera sus páginas. Si yo sólo hiciera lo que escribe el guionista, simplemente sería una herramienta, y yo siempre quiero aportar algo más y sorprender al guionista”, comentó.

Del carisma de George Pérez habla bien la cantidad de seguidores que arrastra a las pocas convenciones a las que asiste, con varias fotos que se proyectaron en la charla y que motivaron las risas del público. Preguntado sobre la recopilación para el mercado español de los números que dibujó en Jóvenes Titanes, el artista estadounidense afirmó estar muy orgulloso de lo que la serie supuso para DC en su momento, el impulso que le dio en un momento en el que Marvel copaba la mayor parte del mercado. “Gracias a esa serie se pudieron hacer muchas otras obras, ya que la editorial volvió a ser viable económicamente”, comentó. No obstante, respecto al nivel del dibujo Pérez afirmó que ahora ve los errores cometidos y espera dibujar mejor que entonces. “Era lo mejor que podía hacer en aquel entonces, pero me alegro de ya no dibujar así”, afirmó.

Ahora vuelve a trabajar con Mark Waid en Games, conmemorando el trigésimo aniversario de la serie de Titanes. Sin embargo, se han encontrado con un problema. “Ya hay varias páginas dibujadas de hace 20 años, pero no hay guión y no nos acordamos de lo que queríamos contar entonces. Resultaba frustrante. Entonces apareció el proyecto de Legacies y empecé a tener problemas de salud, con la vista, en parte por mi diabetes. Por todo esto la situación no era agradable e incluso pensamos en aplazar la salida del tomo, pero desde DC insistieron y me he comprometido a terminarla este año, así que tengo que dibujar 25 páginas que incluso he estado abocetando en Avilés. Mark ha escrito un final completamente diferente a lo que pensamos hace 20 años. Además, estoy intentando volver a dibujar como entonces para que no se aprecie un cambio de estilo, lo que en ocasiones es difícil. Creo que el final es bastante bueno y que la historia es redonda”, comentó.

Una vez que termine este proyecto, Pérez se volverá a operar de la vista cueste lo que cueste, “aunque al final en la portada tengan que poner ‘en memoria de George Pérez’”, comentó entre risas. A partir de entonces, Pérez comentó que se dedicará a entintar los lápices de otros artistas como una manera de dar descanso a sus ojos y seguir trabajando, siguiendo así las recomendaciones de su médico y matando el gusanillo antes de recuperarse y volver a dibujar. “Espero que a partir de ahora por el mundo haya muchos guionistas que tengan el sueño de trabajar conmigo y me descubran otros sueños que yo ni siquiera sepa que tengo”, deseó. Sobre su confesada pasión por proyectos relacionados con el teatro, Pérez relató su experiencia con un grupo de teatro local para el que se ha ofrecido a realizar los carteles de sus obras. De hecho, ha vuelto a hacer sus pinitos sobre el escenario. Y es que se nota que domina este espacio, como volvió a demostrar en Avilés.

"Esther es Purita Campos"

Con 14 años ya dibujaba modelos para amigas modistas de su madre, y cobraba por ello. “Mi madre era modista y mi ilusión era ser diseñadora de moda. A partir de ahí estudié Bellas Artes y me coloqué en una revista de moda”. Así empezó la carrera de Purita Campos que esta tarde ofreció la primera charla de la última jornada del certamen del cómic de Avilés.


Ante un público entregado, la creadora de Esther realizó un recorrido por su amplia trayectoria, una carrera plagada de anécdotas que llamaron la atención de los presentes. El cómic apareció en su vida casi por casualidad. Su auténtica vocación era la moda, pero recaló en Bruguera a raíz de un encuentro de su hermano con Vázquez, que fiel a su estilo, le metió la bola de que era el director de la editorial (de hecho, Purita sale como personaje en la película basada en la vida de Vázquez, de inminente estreno). Cuando Purita se presentó allí, le dijeron que Vázquez casi no pasaba por las oficinas, pero aún así la contrataron para hacer pequeñas historias.

Purita recordó cómo por aquel entonces las dibujantes más respetadas eran aquellas que dibujaban historias bélicas, westerns… todas aquellas que copiaban en cierta manera los trabajos de los hombres. Un día, la editorial le encargó a ella y a otros dibujantes realizar unas pruebas para conquistar el mercado inglés. Para su sorpresa, la eligieron, y eso supuso el inicio de una carrera en el extranjero. Bruguera tenía un acuerdo con una editorial belga que le propuso trabajar en exclusiva para ellos. Para poder salir de España, Purita relató cómo tuvo que hacer el servicio social, “ir a Falange, bordar, canciones…”. Sus primeros trabajos eran historias románticas de tres páginas del tipo 'chico conoce a chica, se besan y
se acabó'. “Entonces estaba decidida a dejar el cómic”, afirmó, pero entonces llegó Esther y su mundo (Patty’s World) para el mercado británico. En el guión escrito por Philip Douglas encontró una historia diferente, algo que le invitó a seguir con las viñetas. Esther triunfó en el mercado inglés y Purita convenció a Bruguera que comprara los derechos para España, donde también fue un éxito. De todas maneras, Campos se mostró muy descontenta con el trabajo de Bruguera. “Hacían lo que les daba la gana y lo hacían mal, añadían páginas, bocadillos que yo no había puesto, cambiaban los nombres... Leía la revista Lily (donde aparecían las aventuras de Esther) y me disgustaba mucho, hasta que dejé de leerlas. En mi casa tengo montones sin leer”, explicó.

La dibujante está restaurando las páginas de Esther de aquella época para que las próximas ediciones sean fieles a los originales. “Hacemos una copia, a cuchilla quito lo que está mal, luego hago los lápices y entinto”, apuntó la artista sobre el proceso de restauración. De la popularidad de Esther surgieron otros personajes, como Gina o Jana (Tina en el original). “Mi personaje preferido es Esther. Gina, con guión de Paco Ortega, era muy divertida pero sólo fueron 50 páginas. Luego vino Tina, que también me gustó, pero Esther es muy entrañable, y prueba de ello es que continúa”, explicó.

Y continúa con guiones de Carlos Portela, quien subió posteriormente al escenario para hablar de la génesis de las nuevas historias de Esther. Según explicó, en el salón de La Coruña se quedaron hablando en una cena sobre series de televisión protagonizadas por mujeres. Tras esa cena, de camino al hotel los responsables de la editorial propusieron a Carlos hacerse cargo del trabajo, y la coincidencia de ideas fue absoluta.
Purita quiso dejar claro que la idea de retomar las historias de Esther con 35 años, divorciada y con una hija había sido suya. “Esther es Pura, y evidentemente no voy a hacer nada que a ella no le parezca bien. No obstante, ella me da absoluta libertad y nunca me ha dicho que no a una idea”, explicó el guionista. En un principio, la idea del tándem era hacer un par o tres de libros para cerrar la historia de Esther, pero el éxito de la serie (vendió los 5.000 ejemplares de la primera edición en 23 días) les cogió por sorpresa y ya no se plantean un fin claro de la serie, aunque sí adelantaron que “algún personaje puede morir, porque la muerte forma parte de la vida”, adelantó Carlos.


Respecto a una posible adaptación a la pantalla, grande o pequeña, el guionista (que trabaja en Telecinco) explicó que el formato ideal sería una serie de televisión dada la extensión del mundo de la protagonista. “Lo que tengo claro es que si se hace se haga una cosa digna”, apuntó Purita. “No te preocupes, que estaré yo contigo”, comentó Carlos entre risas. Un dúo que promete ofrecer nuevas sorpresas al numeroso público que les ofreció uno de los aplausos más calurosos de la XV edición de las Jornadas.

Visita guiada de Miguel Calatayud

Comenzaba la última jornada del certamen avilesino con una actividad de excepción. Y es que el Centro Municipal de Arte y Exposiciones (CMAE) acogió este mediodía la visita guiada realizada por Miguel Calatayud a la exposición que protagoniza en este espacio expositivo. Calatayud, tres veces ganador del Premio Nacional de Ilustración, deleitó a los numerosos asistentes con las explicaciones a cada una de sus obras con su habitual estilo ameno y desenfadado.


Un lujo para Avilés haber contado con la presencia de este artista y haber podido disfrutar de su obra, aunque el propio Calatayud dejó la ventana abierta para próximas visitas, lo que significa que vendrá.

viernes, 17 de septiembre de 2010

El programa del sábado

13 horas: visita guiada de Miguel Calatayud a su exposición en el Centro Municipal de Arte y Exposiciones (CMAE).
15 h: videocine, con La mujer murciélago de René Cardona y un corto sorpresa.
17 h: apertura de la carpa y charla coloquio de Purita Campos en el auditorio de la Casa de Cultura.
18.15 h: charla coloquio de George Pérez.
19.30 h: clausura y entrega de premios con los autores invitados y autoridades del Ayuntamiento de Avilés.
20.45 h: sesión de firmas y regalo de la lámina realizada por Enrique Vegas.

En la carpa... (III, y con propina)

Ya sabéis que paralelamente a las charlas que tienen lugar en el auditorio de la Casa de Cultura, la carpa de encuentros acoge todas las tardes una serie de presentaciones y conferencias igual de interesantes y que también queremos recoger en este blog. Como ayer no fue posible hacerlo, hoy retomamos por partida doble y resumiremos el contenido de los actos que tuvieron lugar en estas dos últimas jornadas.

JUEVES 16

La actividad en la carpa comenzó con una charla de la multifacética Renee Witterstaetter, que habló sobre su visión del mundo del cómic desde su experiencia como editora para las principales compañías del medio en Estados Unidos y como actual responsable de su propia empresa. Según explicó, su conversión en editora freelance ha supuesto para ella un plus de responsabilidad, ya que de estar en nómina de una empresa ha pasado a que un gran número de personas dependa de ella. "Ahora me toca a mi organizar el trabajo y ocuparme de los pagos a los dibujantes, de los impuestos, de la distribución, del material...". Un gran cambio que ha llegado para ella en un momento en el que el mercado se encuentra en "transición". Para ella, la llegada de las tecnologías al cómic, lejos de suponer una amenaza, ofrece muchas posibilidades para acercar el medio al público. No obstante, reconoció la amenaza que puede suponer la piratería en este sentido.

La segunda de las charlas del jueves corrió a cargo de Ricardo Machuca, el cual realizó un repaso a su carrera como dibujante. Así, habló de su expriencia en los cómics con títulos como Las arenas del tiempo y de sus trabajos de literatura infantil "sin ñoñerías". Machuca reivindicó la importancia del cómic y su dimensión evasiva y de entretenimiento.

Cerró las actividades en la carpa la conferencia de Rafa Vaquer, creador de Johnny Roqueta. Vaquer habló sobre la creación de este personaje en una época en la que descollaban las tribus urbanas. El artista explicó que, más allá de contar las peripecias de Roqueta, su intención era la de contar la historia de un barrio, reflejar la cotidianeidad mediante el humor. En la actualidad, las aventuras de Roqueta se pueden leer en la revista Solo Moto, viñetas en las los vehículos de dos ruedas se han convertido en transmisores para contar nuevas historias.

VIERNES 17

La actividad esta tarde fue aún más intensa. Abrieron fuego Gary Erskine y Fernando Blanco, quienes hablaron sobre su participación en la antología Capitán América: teatro de guerra, una obra de Paul Jenkins para la que contó con la colaboración de diferentes artistas. Cada dibujante participa en una historia diferente, historias que muestran la presencia del Capitán America en diferentes guerras. La historia dibujada por Erskine está ambientada en la Segunda Guerra Mundial y versa sobre el heroísmo anónimo. Está protagonizada por un soldado que se sacrifica para salvar a su pelotón. Por otra parte, la trama dibujada por Fernando Blanco transcurre en Irak y narra la historia de un soldado americano que resulta mutilado en la guerra y las dificultades que se encuentra al regresar a casa. Ambas historias tienen en común que el Capitán América aparece de manera casi testimonial. Fuera de este proyecto, los dos dibujantes tienen sendas historias bélicas en cartera. Así, Fernando Blanco ha dibujado Storming Paradise, que fantasea sobre lo que hubiera podido ocurrir si el lanzamiento de las bombas atómicas por los Estados Unidos hubiera fallado. Por su parte, el proyecto de Gary Erskine se titula Archangel y versa sobre un aviador alemán que no puede salir de la cabina de su aeronave y debe sobrevivir a una misión.


Prosiguió esta tarde en la carpa con la charla de Kiko da Silva acerca de Retranca, la primera revista de humor satírico que se publica en Galicia. Surgida en 2007, Retranca es una publicación completamente independiente, que no recibe ningún tipo de subvención ni ayuda que pueda cohartar su libertad. De hecho, Da Silva explicó que antes de ponerla en marcha encargó un estudio de viabilidad para cerciorarse de que no tendría que depender de la administración de turno para sobrevivir. Poco a poco, la revista se ha hecho un hueco en el mercado gallego. Como buena revista satírica que es, no se ha visto libre de polémicas en alguna ocasión, como la censura de una campaña publicitaria suya en los autobuses de la ciudad de Vigo o los castigos a algunos profesores que utilizaban Retranca para enseñar gallego en las escuelas.


El dibujante Sagar Forniés fue el encargado de tomar el relevo sobre el escenario de la carpa. El artista catalán habló sobre las ilustraciones de uno de sus últimos trabajos, una edición de El mundo perdido de Conan Doyle realizada por Astiberri dentro de su nueva colección de Clásicos Ilustrados.


A continuación, Purita Campos habló de su cómic Gina. La creadora de la inmortal Esther explicó que Gina, que cuenta con guiones de Francisco Ortego, era el reflejo de una época, de como era una chica joven de aquel entonces.


A las siete y media, Vicente Cifuentes habló sobre sus últimos trabajos publicados en España, como Alma, una historia de terror gótico con vampiros escrita por José Antonio Fideu, o Glirenn, libro enmarcado en la saga de Los Reyes Elfos creada por Víctor Santos. Otro de sus últimos trabajos ha sido Señales 1: Sandra, una obra editada por Dibbuks de la que Cifuentes, además de dibujante, ha sido el guionista. Es éste un cómic que muestra una perspectiva mucho más intimista y personal en la obra del autor. Además de sus trabajos para el mercado español, Cifuentes sigue trabajando con regularidad en el mercado americano, tanto en Marvel como en DC. Para ésta última ha trabajado en la serie Green Lantern Corps poniéndole la tinta a los lápices de Adrian Syaf, un trabajo muy elogiado por la crítica.

A continuación, Víctor Santos charló sobre sus últimas publicaciones como guionista, como el mencionado Glirenn, o Silhouette, con dibujo de Jesús Alonso Iglesias. Asimismo, ya como dibujante acaba de ver la luz en España Asquerosamente rica, una obra escrita por Brian Azzarello y en la que Santos ha tenido que realizar un gran trabajo de documentación para ambientar una trama que transcurre en los primeros 60. Este título inaugura una nuevo sello de la editorial DC, Vertigo Crime, una colección que quiere publicar obras dirigidas a un lector aficionado al género negro y no necesariamente seguidor de los cómics, en un formato más pequeño que facilite su distribución en las grandes cadenas comerciales. Santos también habló de su trabajo en las series regulares de Ratones templarios y Witch & Wizard.

Cerró las intervenciones la presentación sorpresa de Enrique Vegas, el tomo recopilatorio de Matris, una edición muy cuidada que cuenta con jugosos extras como bocetos, comentarios del autor sobnre la obra, etc. Asimismo, habló de su última obra, Soy Leyendón, que le confirma como el creador de un género paródico sin igual en el panorama del cómic español.

Ivan Reis, el dibujo como diversión

Con su simpatía y su manera de mezclar español y portugués como si no costara, el brasileño Iván Reis se metió esta tarde al público de la Casa de Cultura en el bolsillo. Es uno de los autores de moda del panorama estadounidense, status que ha alcanzado después de una amplia trayectoria que comenzó con sólo 14 años, dibujando muchos muertos para editoriales independientes que quebraron antes de que llegara a cobrar. Una de ellas fue la de Brian Pulido, que, según explicó Reis, cuando supo que iba a quebrar intentó colocar a todos sus dibujantes en otras empresas. “Me dio todas las posibilidades para crecer como artista, de experimentar con técnicas y aprender mucho. Un dibujante mediocre en una editorial pequeña es un gran artista, y así pasó conmigo”, explicó. Sobre la quiebra de la editorial, Reis quiso dejar claro que se debió a problemas económicos y de mercado, “no porque Brian fuera una persona deshonesta”.


En 2004 por fin aterrizó en Action Comics en DC. Uno de sus personajes más queridos es Linterna Verde, con el que se sintió muy libre a la hora de trabajar junto al guionista Geoff Johns. “No dibujo porque sea una profesión, dibujo porque es una pasión, y realmente disfruté mucho dibujando Linterna Verde”, afirmó. Su relación con el guionista fue estupenda, ya que Johns encontró en él a un dibujante capaz de reflejar sobre el papel cualquier cosa que se le ocurriera. Ese proyecto catapultó su trabajo en la editorial y, de hecho, Reis es consciente de haber marcado una época con el personaje, aunque intenta no pensar realmente en ello. “¡Es maluco, demasiada presión!”, comentó durante la charla que protagonizó en el auditorio de la Casa de Cultura.

El dibujante explicó que cuando comenzó a trabajar con Linterna Verde no esperaba la repercusión que luego tuvo, simplemente quería divertirse como en los tiempos que empezaba a dibujar leyendo los cómics de Conan. Para captar toda esta emoción, Reis explicó que no se leía todo el guión entero, sino que trabajaba con cada página con la misma emoción. Fue una vuelta a los orígenes, a los muertos que le habían dado fama: la serie Blackest Nights, en la que Reis vivió una gran presión. Eran 22 páginas al mes en las que el dibujante quería no sólo dibujar, sino “impresionar”. Por eso para él es tan importante el trabajo con su entintador habitual, Oclair Albert, que no obstante necesitó el apoyo de Joe Prado para terminar sus páginas a tiempo. “Tienes que confiar en tu entintador, porque al final es el responsable de lo que el público va a ver. Un entintador puede tanto empeorar como mejorar tu trabajo”, apuntó Iván Reis. En la actualidad se encuentra trabajando en la serie Brightest Days, trabajo que él considera “unas vacaciones”.

J. H. Williams III, el triunfo de la perseverancia

Considerado uno de los mejores portadistas de los Estados Unidos y uno de los dibujantes con un estilo y diseño de página más peronales, J. H. Williams III sorprendió al personal que se acercó esta tarde al auditorio de la Casa de Cultura confesando que es un artista casi enteramente autodidacta. Tan sólo la influencia de unas clases de diseño para publicidad, disciplina en la que la idea es más importante que la factura del dibujo, se deja notar en su trabajo.


Williams relató sus inicios. “Me pasé muchos años con una carpeta de muestras para los editores de todas las compañías. Todos me indicaban mis errores y querían que dibujase como el dibujante popular del momento. Así que yo preparaba nuevas muestras basadas en sus comentarios, pero al año siguiente el dibujante de moda ya no lo estaba. Entonces decidí que estaba harto de intentar imitar a nadie y empecé a preparar dos proyectos en mi propio estilo que presenté en editoriales independientes. En una convención cerca de San Francisco, el guionista de una de las historias se puso en contacto con el artista Howard Chaykin, fui a hablar con él y le pedí una crítica sincera. Es un tipo con una personalidad dura, gruñón, aunque en el fondo adorable. Le insistí y viñeta por viñeta me decía ‘esto está bien, esto es una mierda’. Cuando llegábamos a viñetas con soluciones más experimentales, él me preguntaba por lo que no entendía unas cosas y yo siempre tenía respuesta para todo. Vio que me lo tomaba en serio, así que en un momento dado, se acercó al stand de DC y en voz alta comenzó a comentar que quería que me dieran trabajo. Dijo que eran las muestras más profesionales había visto en muchos años entre los aficionados. Muchos editores me dieron su tarjeta, pero conseguir un primer encargo me costó 80 llamadas más. Aprendí que si no hubiese sido por él habría tardado mucho más, pero aun con su apoyo necesitas tener mucha perseverancia, seguir en contacto con la gente porque no eres el único que quiere conseguir trabajo. Cuando a un editor le falla un dibujante pensará en el que le deja 20 mensajes en el contestador antes que en otro. Si no insistes habrá otra gente que al final se quede con el trabajo”, explicó.

Pero muchos años antes había venido la decisión de dedicarse al dibujo profesionalmente, exactamente cuando tenía diez años. Obsesionado desde pequeño con unas figuras de juguete japonesas, Los Micronautas, y lector de varias series de cómics, de pequeño le gustaba dibujar. Pero no fue hasta que se topó con el número uno del cómic de sus juguetes favoritos cuando se dio cuenta de lo maravilloso del medio.

Williams explicó que la conquista de su propio estilo fue cuestión de tiempo. “Fue un proceso orgánico, nada planeado”. Promethea es uno de sus trabajos con una mayor repercusión, dentro de la línea America Bests Comics, con guiones de Allan Moore. El editor Scott Dunbier le ofreció el trabajo. “Él fue sincero conmigo y me dijo que yo no había sido su primera opción, pero Alex Ross y Todd Klein no hacían más que decirle que me lo ofrecieran, lo que me sorprendió porque no les conocía. Envié unas muestras a Alan Moore para que viera mi trabajo y dos semanas después Scott me llamó para ofrecerme Promethea. En un principio le dije que necesitaba tiempo para pensarlo. Cuando colgué el teléfono me dio un chungo. Consulté con mi mujer durante unos días y al final respondí que sí, y creo que ha sido uno de las mejores decisiones que tomé en mi vida. Años después, Scott me comentó que no se imaginaba el proyecto sin mi dibujo. Fue muy gratificante para mí, significó como cerrar el círculo”, relató. Una sabia decisión, sin duda.

Jock, puro talento británico

La segunda de las charlas que esta tarde albergó la Casa de Cultura corrió a cargo del artista británico Jock, uno de los nombres propios de una industria, la británica, de la que no dejan de surgir grandes autores. Sobre la razón de esta explosión de talento, Jock aseguró no tener ni idea, aunque sí que subrayó la importancia de la influencia de la revista 2000 AD sobre toda esta serie de nuevos autores. Según apuntó, en respuesta a esta pregunta Andy Diggle (con el que firma la exitosa serie The Losers y que finalmente no pudo venir a Avilés por un problema familiar) suele argumentar que los autores británicos son más cínicos que los americanos y tienen una relación con sus influencias mucho más irrespetuosa.


El primer trabajo de Jock para el cómic fue, precisamente, para 2000 AD. Y su primera historia fue, también precisamente, para Andy Diggle, con el personaje del Juez Dredd. Editor por aquel entonces, Diggle pasó a convertirse el guionista de gran parte de la producción de Jock a raíz de un guión que escribió como una manera de ahorrar costes para el número del décimo aniversario de la revista Juez Dredd, cuya mayor parte del presupuesto se iba a dedicar a pagar una portada especial de Frank Miller (que finalmente no se publicó). Pero resultó que el guión tuvo éxito, y la historia fue dibujada por Jock, lo que supuso un punto de arranque de una sólida relación profesional.

El buen hacer de Jock en las series británicas le permitió recalar en el mercado estadounidense. “Lo que hay que hacer es seguir el estilo propio de cada uno, hacer lo que a uno le guste, y es lo que he intentado siempre. En Vértigo hay espacio para estilos más personales que en el universo DC tradicional, y si ese estilo funciona al final consigues que te ofrezcan también proyectos de superhéroes”, explicó. Y así llegó The Losers. Diggle presentó el proyecto a Vértigo y los editores, tras aceptar la propuesta, pensaron en Jock para hacerse cargo del dibujo. Lo que iba a ser una serie limitada se convirtió en un trabajo regular. En total se publicaron 32 números. “Dimos lo mejor de nosotros mismos en la serie y la respuesta fue muy buena”, comentó. De hecho, se ha rodado una versión cinematográfica cuyo estreno en España está previsto para el mes de noviembre. “La primera vez que la vi fue sentí que era una situación surrealista, no la podría describir con palabras. El tono de la peli es muy diferente al cómic, con mucho más humor y menos política. Lo que fue alucinante fue la visita que hicimos al set de rodaje meses antes y verme rodeado de los personajes que habíamos imaginado, con los actores llamándose por el nombre de sus personajes. Para mí es una película entretenida, aunque bastantes personas me han dicho que los cómics están mejor, aunque esté mal que yo lo diga”, afirmó. No obstante, la implicación tanto de Jock como de Diggle en el desarrollo de la película fue bastante limitada, algo con lo que el dibujante se encuentra muy conforme. Según explicó, The Losers surgió en parte como respuesta a la política exterior de Bush, y algunas de las cosas que hicieron en la serie sorprendieron incluso al propio Jock, como la portada de la jeringuilla que inyecta la bandera de Estados Unidos en un mapa de Irak. “Nos sorprendió que nos dejaran publicarla, pero lo cierto es que les pareció fantástica”.

La adaptación de The Losers no ha sido el único contacto de Jock con el mundo del cine. Desde hace un par de años viene trabajando en varios proyectos, aunque lo primero que hizo fue Batman Begins. Más recientemente, ha trabajado en el remake de Dune y ahora es el diseñador jefe de Juez Dredd y está trabajando en Hundir la flota, donde uno de los bandos estará compuesto por aliens. Y esto sin parar de trabajar en el mundo del cómic. Junto con Diggle llevó a cabo Green Arrow-Año Uno, una petición que realizaron a DC directamente. Se trata de una serie que aborda el origen del personaje. “Queríamos coger a uno de los personajes más importantes de la editorial y dejar nuestro sello en él”, apuntó.

Sobre su técnica a la hora de abordar la hoja en blanco, Jock comentó que “es cuestión de suerte cómo enfoco cada proyecto. Las páginas interiores me salen de manera más instintiva, pero en las portadas intento crear una imagen que resuma el contenido del tebeo de una manera que no se haya hecho antes, de una forma original y divertida”.

"¡Ah!, ¿pero esto se puede hacer?"

La frase que da título a esta entrada era la principal reacción que una serie de autores españoles surgidos a finales de los 60 primeros de los 70 provocó sobre miles de lectores que contemplaron con sorpresa la irrupción de obras completamente diferentes a las que se destilaban en esos años en los kioscos españoles. Era una generación que llamaba la atención tanto por su trabajo como por su principal reivindicación, la autoría. Su huella ha quedado marcada en las nuevas oleadas de dibujantes, que beben directamente de los logros alcanzados por nombres como los de Luis García, Marika o Miguel Calatayud. Esta tarde, estos tres nombres protagonizaron una charla dedicada a la primera gran generación de autores del cómic español, La generación más guapa.


Recordando aquellos años, Luis García rememoró la luch
a de estos dibujantes por el reconocimiento no sólo de los lectores, sino de los propios compañeros del medio que, al contemplar su trabajo, decían “esto no es historieta”. García puso a Calatayud como “ejemplo de autor que no se había prostituido antes por derroteros comerciales.

Por su parte, Marika se refirió a su experiencia no sólo como autora, sino como mujer. “En el caso de las mujeres dibujantes el camino marcado
era el cómic romántico. Cuando te movías de ahí para defender el medio, te colocabas en una postura que desde dentro de la profesión se veía con escepticismo. Era una apuesta arriesgada, y si además como mujer querías expresar tus problemas te decían que hacías un panfleto feminista. Era abrir un camino continuamente”, relató.

Miguel Calatayud confesó por su parte que al intervenir en cualquier certamen de cómics se siente siempre “como un intruso”. “Yo me hubiera dedicado completamente a esto si hubiera encontrado una editorial que me publicara siempre. Es el trabajo peor pagado del mundo, pero entiendo a esos compañeros que se dedican en cuerpo y alma al cómic, ya que es superior al medio cinematográfico, ya que el dibujante
de cómics tiene todo el poder en sus manos. He hecho poco cómic, y no lo hice ni como criterio de innovación ni nada, sino porque era lo único que sabía hacer, tintas planas y demás”, apuntó. Calatayud recordó los tiempos de la revista Trinca y cómo sus historias se situaban siempre las últimas entre la preferencia del público. “Peter Petrake no gustaba nada, pero el personaje sobrevivió porque convencí al jesuita que dirigía la revista que tenía que mantenerlo porque solucionaba el marrón de esa última posición”, comentó entre risas. Una vez desaparecida Trinca, las incursiones de Calatayud en el mundo del cómic fueron mucho más esporádicas. Defensor de la autoría y del hecho cultural, Calatayud confesó no entender fenómenos como el manga, que suponen una renuncia del autor a su propio estilo.

Luis García se refirió a otro condicionante del trabajo del dibujante en aquellos años, como fue la aparición de teóricos del medio. “Es
o nos supuso una mayor responsabilidad respecto a un trabajo que realizábamos de una manera muy despreocupada”, explicó. Los cambios políticos del momento también influyeron en el mundo del cómic y en el trabajo de los autores. De todas maneras, Marika quiso poner un punto optimista y comentó que en la actualidad ve ecos de ese espíritu con el que ellos irrumpieron en los 70, un aumento del respeto por el medio y el trabajo de los autores. En definitiva, a la pregunta “¿pero esto se puede hacer?” no cabe otra respuesta: “pues sí, se puede hacer”.

Recepción en el Ayuntamiento

Fiel a su cita anual, el salón de recepciones del Ayuntamiento de Avilés albergó este mediodía el encuentro de la alcaldesa de la ciudad, Pilar Varela, con los miembros de la organización y los artistas invitados de las XV Jornadas del Cómic. En la recepción, Varela dio la bienvenida a la ciudad a todos los presentes y transmitió el respeto y admiración de los avilesinos hacia los autores invitados. La alcaldesa hizo especial mención a las artistas participantes este año en el evento, como Purita Campos, Ana Miralles o Marika. Una vez realizado el intercambio de parabienes y regalos, tuvo lugar el esperado momento de la foto de familia. Paaaa-taaaaa-taaaa...


No obstante, el encuentro dio para más momentos.



jueves, 16 de septiembre de 2010

El programa del viernes

11 horas: curso Otros aspectos técnicos del cómic impartido por Ken López en el palacio de Camposagrado.
13.30 h: recepción oficial en el Ayuntamiento de Avilés.
15 h: videocine, Zebraman, de Takashi Milike.
17 h: apertura de la carpa de encuentros y charla coloquio La generación más guapa con Miguel Calatayud, Luis García y Marika en la Casa de Cultura.
17.45 h: charla coloquio de Andy Diggle y Jock.
18.45 h: charla coloquio de J. H. Williams III.
19.45 h: charla coloquio de Ivan Reis.
20.45 h: sesión de firmas.

Templesmith, el dibujante total

“Mis padres se conocieron, hicieron esa cosa que a veces hacen las personas que se caen bien y entonces existí yo”. Así narró Ben Templesmith esta tarde en la Casa de Cultura su llegada a este mundo antes de convertirse en uno de los autores más personales del mercado americano. Antes de recalar en el cómic de la mano de Hell Spawn, Templesmith se dedicaba a hacer cosas como el diseño de las chapas de los Boy Scouts, lo que explica que acabara dándose a conocer en un cómic de vampiros como 30 días de noche. Lo hizo de la mano del guionista Steve Niles, obra que luego se llevó a la gran pantalla con el espectacular éxito que todos conocemos. La idea sí que se había explorado en alguna ocasión, no era completamente nueva, pero el tratamiento visual del cómic acabó por convencer a los productores que años después la llevaron al cine. Aficionado al cine de mostruos y atmósferas tenebrosas, como Alien o La Cosa, Templesmith renegó del cine de psicópatas y asesinos en serie tan de moda últimamente.




El dibujante, excelente portadista, explicó su proceso de creación. “Una buena portada tiene que comunicar lo que hay dentro del tebeo, no lo tiene que enseñar, sino ser una imagen simbólica del interior que capte la atención del lector. Para eso hay que utilizar las ilustraciones. Me gusta jugar con el espacio negativo, los contornos, la luz. Hago lápiz, tinta y color. El 80% de mis obras están hechas a mano, para lo único que utilizo el ordenador es para incluir capas y texturas que primero fotografío. Mi proceso es distinto a otros autores, que me dicen que son dibujantes cuando sólo hacen el lápiz, mientras que yo lo hago todo, ¡no me fastidies!”, explicó Ben con ironía. El artista australiano se definió como un dibujante bastante rápido, capaz de hacer dos o tres páginas al día “si no tengo vida, pero la suerte es que no tengo vida propia, así que no hay problema. No, es broma”, comentó entre risas.


Últimamente sus colaboraciones con Niles son inexistentes. “Llegó un punto en el que tenía ganas de trabajar con mis propios guiones”, explicó dejando entrever su disgusto por haber trabajado con él en series de las que no era coautor. Así llegaron obras personales como Wormwood, aunque sin renunciar a trabajos de encargo con guionistas como Frank Beddor y Liz Cavalier en Hatter.


A la hora de dibujar, comentó que en ocasiones se utiliza como modelo, aunque lo más importante para aportar la gestualidad a sus personajes es para él conocer los diálogos. Sus influencias van del mundo del cómic, como Ashley Wood o Mike Mignola, al de la pintura, como Gustav Klimt, un abanico heterogéneo que de una u otra manera se traslada a sus viñetas. Harto de vampiros, recayó en otra historia del género, aunque en esta ocasión escrita por él, Nieve Roja, una especie de precuela de 30 días de noche cuyo estilo gráfico es el que le hubiera gustado aplicar a la serie en sus inicios. Entre sus extrañezas, un libro de retratos de los presidentes de los Estados Unidos bajo su particular tamiz. Se trata de una de las obras de las que se muestra más satisfecho.


Respecto a una sus últimas obras de mayor éxito, Fell, Templesmith manifestó “es casi el trabajo del que me encuentro más orgulloso”. Realizado junto con el guionista Warren Ellis, en la actualidad el futuro de la serie no está muy claro, pero eso no quita para que el dibujante australiano, encantado con su experiencia con Ellis, manifestase que “quiero un hijo suyo”. Pero antes de eso, tendrá que terminar sus actuales proyectos, de los que sabremos más cosas pronto.

La autenticidad de R. M. Guéra

Confesaba esta tarde R. M. Guéra que para él y el resto de autores de su generación el cómic era “casi un vicio, una atracción de la que no pudimos escapar”. Un vicio que le ha traído a Avilés para protagonizar la tercera de las charlas del día.




Para el autor balcánico, vivimos un momento crítico en la existencia del tebeo que finalmente acabarán ganando las viñetas, el autor, más allá de las diferentes escuelas. El cómic es para el autor de Scalped un medio para expresarse que prescinde cada vez más de los géneros tradicionales, algo por lo que se felicita. Como el resto de autores, Guéra relató sus inicios en el medio, que vinieron de la mano de westerns que beben de fuentes como Blueberry o los trabajos de Moebius. Escapando de la guerra, el artista recaló en Barcelona. Comenzó a trabajar para Toutain, pero para subsistir tuvo que dedicarse a la publicidad y a la animación, hasta que le reclamaron del mercado francés.


Amante de la música (es guitarrista), tiene en cartera un trabajo llamado Smoky John que se remite a los principios del blues y que espera que acabe siendo publicado por Delcourt. “Casi nada en mi vida salió por iniciativa propia, sino por circunstancias que hacen tomar decisiones naturales para mí”, comentó. Y una de esas decisiones naturales le condujo al final a recalar en el medio por el que él siempre suspiró, el cómic. “Intento sentir lo que hago, lo que dibujo, quiero trasladarme al lugar donde ocurren los guiones, y cuando lo consigo ya está en mi cabeza y realmente no me cuesta dibujarlo”, explicó. Esa autenticidad la echa en falta en muchos de los cómics de superhéroes. “Son personajes que están muy bien dibujados, con una técnica muy avanzada, pero les falta el alma, la sensibilidad que te empuja a pasar cada página”, resaltó Guéra volviendo al tema de las escuelas de dibujo, que en su opinión coartan la autenticidad de los dibujantes.


Respecto a Scalped, a su crudeza, anunció que próximamente habrá sitio para la esperanza, una esperanza “adecuada a la historia”. Guéra llegó a la serie gracias a los contactos que le había proporcionado Igor Kordey para entrar en el mercado americano. Hoy, la simbiosis alcanzada con Jason Aaron, el guionista de la serie, ha llegado a tal punto que “la historia se realiza por sí sola”. Su final está pensado para más o menos el número 80, aunque todavía no hay nada decidido, adelantó el dibujante. En el horizonte, Guéra se ve a los lápices de un superhéroe, un género que ve un tanto agotado pero del que ve indicios de que puede mejorar. “El mundo está cambiando, no sé qué es, pero me parece bueno”, concluyó el dibujante.

La grandeza del día a día

Hay un tipo de cómic alejado de las grandes aventuras, de las grandes gestas, de las grandes batallas, de los grandes efectos especiales… Hay un tipo de cómic que refleja las grandes cosas que tiene el día a día. Y uno de sus grandes representantes hoy en día es el francés Guy Delisle, que esta tarde protagonizó la segunda de las charlas en el auditorio de la Casa de Cultura.



De la cuerda de autores como David B. y relacionado desde sus inicios con el colectivo La Asociación, Delisle realizó un pormenorizado recorrido por su carrera, que hasta hace poco tuvo que compaginar con el mundo de la animación. Empezó con La Asociación tras haber presentado sus trabajos a las grandes editoriales francesas. En Glenat le dijeron que la pequeña historia que había presentado no tenía posibilidades de ser editada. Pero al salir de la reunión se encontró con David B., que le remitió a La Asociación. Comenzó a enviarles muestras de su trabajo, les gustó y desde entonces empezó a trabajar con ellos con obras como Shenzen. Y cómo son las cosas. Esas editoriales que antes le rechazaban, 15 años después, recurren a él para publicar sus historias.

Delisle relató la historia de Shenzen, un relato autobiográfico ambientado en China que surgió cuando acudió a dirigir un equipo de animación de ese país. “En el segundo viaje me di cuenta de que casi había olvidado lo que había vivido en mi primer periplo tres años antes. Así que me dediqué a hacer un diario, y cuando volví a Francia vi que podría ser un cómic”, explicó. Como lo hizo en varias tandas, de una a otra iba cambiando de idea, por eso el libro va en varias direcciones a la vez.


El caso de Pyongyang es diferente, ya que en él optó por contar directamente sus experiencias allí. “Me limito a contar cosas, no necesariamente a explicarlas, a diferencia de lo que debería hacer un periodista”, señaló. A pesar de ser un relato de viajes, una de las principales preocupaciones de Delisle era darle ritmo, que el lector tuviera ganas de pasar la página, “contarlo todo, pero a la vez que la historia respire”. “Busco el exotismo en las pequeñas diferencias que existen en el día a día”, apuntó el autor respecto a un concepto que él intenta reflejar siempre en sus cómics y que, en su opinión, “ha perdido gran parte de ese componente romántico que tenía antes”. Pyongyang supuso el salto definitivo en la carrera de Delisle, uno de los mayores éxitos de La Asociación. El autor vivió allí dos meses, antes de que fuera considerado parte del Eje del Mal. Aquí, el elemento periodístico era mayor que en Shenzen. “Por ejemplo, necesitaba contar el sistema de reparto de alimentos del Estado a la población, un sistema basado en los méritos realizados por los ciudadanos a ojos del Gobierno”, explicó. Para ello utilizó una mezcla de dibujos y gráficos, una solución de la que se encuentra muy satisfecho.


El éxito de la obra fue progresivo, con sucesivas reediciones que siguen vendiéndose con la misma regularidad que al principio en más de diez idiomas diferentes. Pero más feliz se encuentra Delisle por las buenas críticas recibidas por la obra, sobre todo desde el mundo del periodismo, que reconoce el mérito de un trabajo imposible de realizar para un periodista hoy en día. Crónicas birmanas abunda en este sentido, aunque con una estructura diferente y nuevos pasos adelante por parte del autor, que por el momento no sabe por dónde le llevará el futuro y sus próximos proyectos. Habrá que estar atentos.

Cómic a ritmo de death metal

Lo sabemos, nos retrasamos un poco con la información sobre las charlas, pero las tecnologías es lo que tienen. Pero eso no significa que no estuviéramos al pie del cañón. Así que allá va la primera de las crónicas sobre las conferencias que tuvieron lugar por la tarde en la Casa de Cultura.

Hace unos años, Pere Pérez ganó el premio del superfriki de las Jornadas del Cómic. Aunque no lo confiese, este hecho resultó un espaldarazo a su fulgurante carrera como dibujante, un vicio que comenzó cuando era bien pequeñito a raíz de su afición por Star Wars. Hoy sus gustos van por otros derroteros. En lo que respecta al gusto musical, el death metal suena a todo trapo mientras quema páginas a dolor. Y sobre sus gustos comiqueros, Watchmen se encuentra en una posición “que de momento no encuentra sucesor”, según relató.


Sus inicios en el medio vinieron a raíz de un curso de un mes que realizó durante el verano en la Escuela Joso (de la que llegó a ser profesor) gracias a haber suspendido Latín en el instituto. Algunos de sus primeros trabajos fueron para Penthouse Comics haciendo parodias de género con títulos tan sugerentes como Le dieron por el ano en un planeta muy, muy lejano. Ya por entonces dedicaba el 80% del tiempo a realizar muestras para intentar entrar en el mercado americano, esfuerzos que se daban continuamente contra la pared. Estuvo así dos años hasta que un día se dio cuenta de que lo suyo era dibujar, no ejercer de relaciones públicas de sí mismo e intentar hacer contactos a destajo. Así que se puso en manos de un agente y comenzó a dar sus primeros pasos en Estados Unidos.


Paralelamente fue desarrollando su carrera en España, con rarezas como la serie Bull Damm, en la que tanto Pérez como otros autores de la calaña de Víctor Santos, Kenny Ruiz, Vicente Vegas, Joan Fuster y Enrique Vegas. Esta creación es una de las que Pérez se siente más orgulloso al haber realizado todo el proceso de diseño y dibujo de los personajes. “Es diferente cuando trabajas con personajes como Batman, con el que parece que estás jugando con el juguete de otro”, afirmó. Entre medias, Pérez comenzó a trabajar en DC, donde trabajó con John Robinson o Greg Rucka como guionistas. El dibujante resaltó la facilidad que supone trabajar con guionistas que ofrecen un nivel de detalle y de las ambientaciones muy superior al normal. “Realmente tu trabajo mejora por basarse en guiones tan buenos”, explicó. De su aterrizaje en Action Comics, Pérez destacó su especial relación con Superman, un personaje que no sabe si sabe dibujar, ya que a pesar de haber ilustrado un Annual e incluso números de la serie no llegó a dibujarlo. “Cuando entré en la serie tenía claro que a mí me conocían en mi casa y que la estrella era Rucka. Muchas de las series fallan por el ego del dibujante, que intenta hacer cosas espectaculares aunque no peguen. Yo lo que intento es que el lector no haga ningún esfuerzo para seguir bien la historia”, subrayó.


Víctor Santos se sumó a la mesa para hablar de su colaboración con Pérez en tres álbumes de Los Reyes Elfos. De los orígenes de Ragnarok, que surgió de una petición de Pérez a la salida de un concierto y mientras asistía con Santos a un espectáculo de lucha libre en Pachá, afirmó: “para cómo surgió la historia, no salió nada mal”. Si es que donde hay confianza...

Clases maestras de Ulises Arreola y Tim Burgard

El curso Otros aspectos técnicos del cómic contó esta mañana con dos profesores de excepción: Ulises Arreola y Tim Burgard. Ambos ofrecieron una clase magistral sobre sus especialidades, el uso del color y la creación de storyboards, dos disciplinas que exigen una gran especialización y en las que ambos son de los profesionales más demandados por el sector.

ULISES ARREOLA

El colorista mexicano ofreció a los alumnos del curso una demostración de su trabajo con herramientas digitales. Arreola, que trabaja para las principales series del mercado americano, eligió para esta ocasión una viñeta con dos grandes protagonistas, Batman y Aquaman, y fue explicando paso a paso cómo convertir el dibujo a tinta en una viñeta llena de color y matices diferentes. Así, Arreola comenzó por crear una capa en la que aplicó los colores base. A continuación añadió una segunda capa con el tono general de la escena, sobre la que empezó a crear lo efectos de iluminación sobre los personajes. Finalmente, en una tercera capa añadió los efectos especiales de la escena. Ésta sería de manera muy resumida los pasos seguidos por el colorista, que no dejó de dar consejos a los alumnos. "Os recomiendo que probéis todas las opciones que os ofrecen las herramientas (él trabaja con Photoshop), porque lo que le puede funcionar a un colorista puede crear un efecto completamente diferente a otro. Al final, lo importante es que se sientan cómodos con la herramienta", explicó Arreola.

También incidió sobre la importancia de que el color se adecúe al trabajo realizado previamente por dibujante y entintador. "No hay que intentar lucirse y recargar demasiado la imagen, un fallo en el que caemos todos, sobre todo al principio. Es una falta de respeto por el trabajo de los demás, y hay que tener en cuenta que hacer un cómic es un trabajo de equipo", subrayó. Entre sus pequeños trucos, Arreola comentó que nunca trabaja sobre zonas muy específicas de la imagen, prefiere trabajar con ella a un tamaño medio, ya que los pequeños detalles dificilmente se aprecian tras la impresión y pueden llegar incluso a crear efectos diferentes a los deseados. Asimismo, explicó que en ocasiones no detalla demasiado los objetos que no sean importantes para centrar la atención del lector donde en realidad le interesa. Consejos de maestro de los que los alumnos tomaron buena nota.

TIM BURGARD

Cuando el espectador ve en pantalla casi cualquiera de las películas más importantes que se vienen estrenando en los últimos tiempos, no ve más que la plasmación al celuloide de lo que previamente dibujó Tim Burgard en un storyboard. Y es que la lista de películas en las que ha trabajado este dibujante es impresionante. Lejos quedan los tiempos de Super Mario Bross, pero desde entonces ha colaborado en títulos como Jumanji, Terminator 2, Stargate, Ali, El Rey Escorpión, Mars Attacks!, X Men 3, Lobezno, El día de mañana, Batman y Robin, Hulk, 2012...

"La diferencia principal entre el cómic y los storyboards es que en éstos tienes que tener en la cabeza el movimiento real. Trabajas con espacio y tiempo, y tienes que apuntar a los directores la dirección en la que pueden filmar determinada escena", explicó. Burgard resaltó la importancia de este trabajo de cara al resultado final de una película, ya que permite a sus productores ahorrar costes y tiempo al mostrar al director exactamente dónde deben situarse las cámaras para lograr el efecto deseado.

Para llegar a su status actual, Burgard realizó un larga trayectoria desde los cómics hasta las grandes superproducciones. No obstante, la diferencia para él está clara. "Haciendo storyboards se cobra mucho más". Un argumento irrefutable.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

El programa del jueves

11.30 horas: curso Otros aspectos técnicos de un cómic, dirigido por Ken López en el palacio de Camposagrado.
15 h: sesión de videocine con la cinta The Golden Batman y un corto sorpresa.
17 h: apertura de la carpa de encuentros y la primera de las charlas en el auditorio de la Casa de Cultura, que correrá a cargo de Pere Pérez.
17.45 h: charla coloquio con Guy Delisle.
18.45 h: charla coloquio con R. M. Guera.
19.45 h: charla coloquio con Ben Templesmith.
20.45 h: sesión de firmas.

En la carpa... (II)

No tenemos fotos que lo atestigüen, pero prometemos que sucedió tal y como lo contamos. La carpa de encuentros de las Jornadas del Cómic volvió a vivir una tarde llena de actividad y visitas de aficionados. En esta ocasión, las presentaciones corrieron a cargo de Juan Luis Rincón, Vicente García y Mark Buckingham. Comenzamos...

JUAN LUIS RINCÓN

Ya hace unas cuantas ediciones desde la que vivió la proclamación de Juan Luis Rincón como superfriki de las Jornadas. Entonces dejó al personal alucinado con su afición por el mundo del cómic, y esta tarde lo volvió a hacer con la presentación de su primer tebeo, Zombis A. C., editado por Dolmen. En realidad no se trata de su primera experiencia en estas lides, ya que hace un tiempo se autoeditó un cómic titulado Rosewind. Sin embargo, fue hoy cuando conoció de primera mano lo que es presentar ante los aficionados, en una convención, una obra publicada por una editorial con todas las de la ley. En Zombis A. C., Rincón presenta en sociedad al primer zombi de la Historia en una trama que transcurre en las Guerras Púnicas. Seguro que es el primero de muchos más proyectos.

VICENTE GARCÍA

Siguiendo con la temática zombi, otra ópera prima fue la protagonista de la segunda presentación de la tarde. En este caso se trató de una novela, Apocalipsis Island, de Vicente García, alma máter de Dolmen, que edita el libro en su colección de temática zombi. Desde la publicación hace años de Apocalipsis Z, esta colección no ha dejado de sumar títulos de éxito a su lista, llegando a un ritmo que alcanza casi el de un libro al mes. Con estos precedentes no es de extrañar que la vena literaria de Vicente, que siempre la prefirio a la de editor, se disparara y comenzara a escribir en sus ratos libres esta novela. Cuando se fue a dar cuenta ya estaba terminada, y como resulta que ya ha alcanzado su segunda edición, el éxito obtenido ha animado al autor mallorquín a pensar en otras tres entregas.

MARK BUCKINGHAM

El dibujante anglogijonés cerró las presentaciones de la tarde en la carpa con la puesta de largo del que es hasta el momento el último número publicado de la aclamada Fábulas. En él se entremezclan las dos series de la saga, además de vivir la creación de nuevos personajes. Mark explicó las dificultades de este número, que ha supuesto un esfuerzo de coordinación por parte de los guionistas de las series. Además, el dibujante anunció que se encuentra trabajando en el número 100, en el que él y Bill Willingham se cambiarán los papeles y mientras el primero ejercerá de guionista el segundo lo hará de dibujante. Asimismo, se encuentra escribiendo una historia para Los Reyes Elfos que dibujará Víctor Santos.

Kordey y su conquista del mercado francés

El poderoso dibujo del croata Igor Kordey a un tris estuvo de no darse a conocer. La música estuvo a punto de cambiar su camino y convertirlo en una estrella de los escenarios. Percusionista de pro, compaginó durante un tiempo su trabajo en su estudio gráfico y de diseño con su primer grupo profesional, Riviera, que duró del 81 al 83. Cuando iban a firmar con una compañía de renombre, en ese momento la mili se cruzó en el camino de sus compañeros y todo se vino abajo. Cuando el grupo renació, discusiones con el guitarrista sobre los derechos de las canciones acabaron con su vocación y dejaron vía libre a sus lápices. Ésta y otras anécdotas salpicaron la charla que cerró la jornada en el auditorio de la Casa de Cultura y que congregó a gran número de aficionados.


Kordey narró su paso del mercado del cómic yugoslavo al europeo en un momento en que un dibujante croata se podía ganar muy bien la vida en su país. “A finales de los 80 sentía que faltaba poco para que Yugoslavia dejara de existir como país, y así se demostró poco después”, relató. Eso le llevó a dar el salto al mercado occidental, y tras pasar por el Festival de Cómic de Luca, en Italia, recaló en el mercado francés. Pero fue llamado a filas y el final de la guerra le dejó sin nada, así que dar el salto al mercado americano era obligado. Y lo hizo a lo grande, en Marvel (previo pago a su agente del 50% de sus emolumentos). Luego pudo cambiar a Dark Horse y, aunque regresó a Marvel, su mala experiencia y su polémica salida de la Casa de las Ideas le hizo jurar no volver a dibujar para el mercado americano. Detrás de esa salida estuvieron los cambios hacia lo políticamente correcto y el control total sobre las obras que vivió la editorial a raíz de los cambios en la dirección de la empresa y las discusiones que eso conllevó.

Así que desde 2005 Kordey trabaja para el mercado francés, en la editorial Delcourt. Allí el dibujante croata tuvo que readaptarse a las características del mercado europeo, cambiar su dibujo y seguir aprendiendo, lo que supuso una inyección de energía para el autor. Su serie La historia secreta ha contado con una gran respuesta por parte del público, y sigue trabajando en otras series con las que está disfrutando. De hecho, en 5 años en Francia ya ha publicado treinta álbumes. No obstante, Kordey se mostró satisfecho de su trabajo en Estados Unidos, con proyectos como Soldier X, junto a Darko Macan, o la serie sadomasoquista que tenía como protagonista a la Viuda Negra, cómics que sus autores pudieron realizar con total libertad en su momento y que, afirmó, “ahora no se podrían realizar en Marvel”.

El mito Staton cumple 40 años de profesión

Joe Staton es uno de esos nombres míticos de la industria del cómic estadounidense. Es uno de los autores más solicitados estos días por los aficionados, a quienes atiende con toda amabilidad sin negar un dibujo o un saludo. No es de extrañar que su charla fuera una de las que más llamaron la atención del público en la tarde de hoy, una conferencia en la que habló de su amplia trayectoria.




Aunque su nombre estará para siempre vinculado a la editorial DC, Staton habló sobre sus inicios en Charlton Comics con personajes como E-Man, así como sobre su etapa en Marvel. Sobre ésta, explicó que fue un paso adelante. Allí fue el encargado de los acabados, el que sacaba adelante las correcciones que los dibujantes dejaban por hacer. Esto le daba la oportunidad de inventarse muchos de los elementos de la viñeta y aprender. En Marvel tuvo que cambiar un estilo que tenía como principal referencia a Wally Wood por otro basado en Kirby, cambiar las manchas de sombras por las explosiones de energía de los superhéroes, lo que fue todo un aprendizaje para él. Un aprendizaje que pudo poner en práctica tiempo después, tras su paso a DC.

Staton se confesó admirador de las historias de Linterna Verde “desde antes de que se creara”. Cuando lo leyó por primera vez, pensó que ésa era la serie en la que le gustaría trabajar algún día. Y lo consiguió después de pasar por otros personajes de la editorial. “El personaje y yo tuvimos una gran sintonía. Por él pasaron muchos guionistas y editores diferentes, pero yo siempre permanecí fiel”, explicó. Staton fue responsable del dibujo de momentos míticos de la serie, como la creación de las Green Lantern Corps, y habló de los personajes y vicisitudes de la serie. Asimismo, se refirió a otras series míticas, como Family Man, con guiones de Jerome Charyn, cuya acción transcurre en un futuro no muy lejano en el que la civilización parece estar a punto de desintegrarse. Staton se confesó un gran seguidor del género negro, y explicó que Family Man era en realidad una novela gráfica en un tiempo en el que este término no existía. Tanto él como Charyn no desesperan y siguen buscando la forma en que pueda ser llevada al cine.

Respecto a su trabajo como responsable de arte de la editorial, Staton asistió a la llegada al mercado de estilos como el manga, del que dejaron permeabilizarse a algunas series de la editorial. Cuando la industria del cómic cambió, Staton decidió que no era parte de ese giro y cambió de tercio. Trabajó con personajes de licencias como la serie de animación de Batman, Scooby Doo, etc. “Soy una especie de superviviente. Mi corazón está en la década de oro de los ochenta, pero me queda medio año para cumplir 40 en el mundo de los tebeos, y me parece que está muy bien”. Y sigue trabajando. La leyenda continúa.

Miralles, el eterno aprendizaje del dibujo

En su etapa de formación se reía de asignaturas como Dibujo del Ropaje Antiguo. Hoy, dibuja vestidos espectaculares para uno de sus trabajos de mayor éxito, Djinn, y está considerada una de las autoras más importantes del mercado internacional. Ana Miralles ha realizado esta tarde en Avilés un repaso por una trayectoria que se ha ido consolidando a cada paso: Sus primeros dibujos en Rambla, sus trabajos de supervivencia, el momento en el que decidió dedicarse al cómic como medio de vida impulsada por el guionista Antonio Segura… “Una cosa es hacer una ilustrorieta, una historia circular en una página basada en el dibujo que yo realizaba inspirada por un poema o una canción, y otra cosa dibujar un guión de cómic”, comentó, una lección que la ha llevado a adaptar su dibujo a cada historia.

Como El brillo en la mirada, una historia erótica que fue un desafío para ella. Con guiones de Emilio Ruiz, Miralles realizó un trabajo que se convirtió en un referente del género. “La idea era hacer algo fresco, poco sobado, que ya lo sobarían bastante después las miradas de los lectores”, explicó la dibujante entre risas. Su estilo ha ido abundando en el realismo, dando saltos de proyecto en proyecto. “Esto del dibujo es largo recorrido, es una disciplinas en las que siempre puedes seguir aprendiendo”, explicó antes de afirmar que “sería incapaz de dibujar algo que no me llene”. Algo así le pasó con Eva Medusa, con guión de Segura, en la que vio obligada a dibujar objetos, como armas, que no le apetecía dibujar. A raíz de ese trabajo, decidió que eso nunca le volvería a pasar. Así llegó En busca del unicornio, adaptación en tres volúmenes del libro de Juan Eslava Galán. “Fue un proyecto muy bonito, una idea que gestamos entre Emilio (Ruiz) y yo. Teníamos ganas de hacer algo juntos y la respuesta del escritor fue fantástica”, explicó Miralles. La única condición que les puso fue la de supervisar el tema de la documentación, “un trabajo muy interesante del que aprendí mucho”, apuntó Miralles que, no obstante, se mostró decepcionada con la edición de Glenat y satisfecha por su reedición por Dargaud. Asimismo, anunció su próxima edición en España, una gran noticia para los aficionados.


Y después llegó Djinn, con guiones del belga Dufaux. “La idea era hacer una serie de tres números, y ya llevamos diez. Fue una pillada”, afirmó la dibujante. Se da la circunstancia de que dibujante y guionista se conocieron en una cena de Glenat, y la obra acabó siendo publicada por Dargaud. “Si lo saben no nos invitan”, comentó Miralles con humor. Diez números a un ritmo de trabajo trepidante que la autora explicó por el respeto que le suponen los lectores precisamente por su experiencia como lectora. “ No aguantaba que las series se quedaran colgadas ni que el nivel del dibujo bajara porque el autor se cansara, por eso en cada número intento mejorar”, apuntó. Cerró la charla la mención a De mano en mano, un trabajo realizado entre un número y otro de Djinn. “Fue estresante, pero demostré a los editores que puedo”. Y tanto. Los aficionados pueden comprobarlo en la exposición que tiene en el palacio de Valdecarzana.

Machuca, el dibujo sin aditivos

El ilustrador Ricardo Machuca ha sido el protagonista de la primera de las charlas de la tarde del miércoles, además de autor de la exposición que desde hace unos días se puede disfrutar en el Centro Comercial El Atrio. Maestro del dibujo y el color, a Machuca le gusta el cómic desde su niñez, aunque no fue hasta sus tiempos universitarios cuando se planteó dedicarse profesionalmente al dibujo a raíz de sus primeras publicaciones. Como el mercado del cómic español en esos primeros ochenta estaba como estaba, comenzó a trabajar haciendo storyboards para películas de dibujos animados e inició un paréntesis de 20 años alejado de las viñetas, aunque “siempre supe que volvería al cómic”, según afirmó.

Ricardo Machuca, presentado por Ángel de la Calle.


Machuca habló de su generación, de los compañeros con los que se encontraba en la librería Tótem, de las páginas que hizo junto a Rafa Negrete en los noventa y que se encuentran a la espera de encontrar quien las publique. Y el regreso de Machuca al cómic fue a lo grande. “En 2002 el dibujo animado español no me daba para más, así que o emigraba o se acabó”, comentó. Los contactos que Lorenzo Díaz hizo en Angoulême les permitió crear una historia para el mercado francés junto al coguionista Francisco Naranjo, Las arenas del tiempo. El dibujante explicó el método de trabajo de tan particular trío, el cual consistía (y consiste) en comentar sus ideas en torno a unas cervezas, que “es como se fomenta la creatividad”, según apuntó Machuca con retranca. Luego, el guionista que veía mejor la secuencia creaba la página, se hacía un borrador y, tras corregir lo que fuera preciso, Machuca se ponía a dibujar. Tras un tiempo que tardó en publicarse (y en pagarse) se planteó su paso al mercado español de la mano de Ricardo Esteban y la editorial Dibbuks. Aunque Las arenas del tiempo estaba pensado como una miniserie de cuatro números, Glénat ha parado su publicación, por lo que los autores están explorando el panorama para completarla.



A raíz de ahí vinieron encargos como El liderazgo ilustrado, un encargo de Esteban que destila ironía por los cuatro costados. En la misma editorial también publicó cuentos infantiles como Mi perro Lucky. Amante del cómic francobelga, su estilo sigue los cánones de una narrativa pausada y clara para el lector. Una de las características de Machuca es su técnica de coloreado, a base de lápices de colores y rotuladores. El ordenador no tiene cabida en el estudio de Machuca. “Hago unas bases de colores planos con los rotuladores y luego busco los volúmenes con los lápices”, explicó el ilustrador, como si fuera tan fácil. En la actualidad, Ricardo Machuca se encuentra experimentando con un nuevo estilo, con más mancha, más sombra negra que divida los términos de la viñeta.



Sobre nuevos proyectos, junto a Lorenzo Díaz y Francisco Naranjo ha creado la historia de una niña un tanto siniestra cuya abuela, ya fallecida, vive en la buhardilla de su casa. Una fábrica de ideas que promete ofrecer nuevas sorpresas en el futuro.